La Nota

¿Porqué somos tan negativos?

El sesgo de negatividad, un fenómeno psicológico que nos lleva a enfocarnos en lo negativo, puede impedirnos ver las cosas buenas que nos rodean. Robert Waldinger, psiquiatra y experto en felicidad de la Universidad de Harvard, nos invita a desafiar esta tendencia natural de nuestra mente.

En una ocasión, una estudiante preguntó a Waldinger por qué debía ser buena con la gente si nadie más lo era. Esta inquietud refleja una percepción común: la creencia de que la bondad está desapareciendo. Waldinger se refiere a un estudio reciente publicado en la revista Nature, titulado «La ilusión de la decadencia moral». Los autores, Adam M. Mastroianni de la Universidad de Columbia y Daniel T. Gilbert de la Universidad de Harvard, examinaron si la sensación de declive moral es una percepción constante a lo largo del tiempo.

El estudio, que recopiló datos de más de 12 millones de personas a lo largo de 70 años, reveló que siempre se ha pensado que la moralidad está disminuyendo. Sin embargo, los investigadores señalan que, en realidad, los humanos modernos se tratan entre sí mejor que sus antepasados.

Factores que explican esta desconexión:

  1. Sesgo de negatividad: Nuestra mente está predispuesta a prestar atención y recordar lo negativo. Los medios de comunicación se aprovechan de esto mediante el clickbait, que capta nuestra atención con noticias alarmantes.
  2. Idealización del pasado: Tendemos a recordar el pasado de manera más positiva, lo que nos lleva a creer que todo está empeorando.

Revisar nuestras expectativas

Waldinger sugiere ser conscientes de este sesgo para cambiar nuestra percepción. Propone un ejercicio sencillo: observar y reconocer los actos de bondad a nuestro alrededor. Aunque la vida nos ofrece muchas oportunidades para cambiar nuestra visión, a menudo no las notamos debido a nuestras expectativas y opiniones personales.

Prácticas para apreciar la bondad

  1. Conciencia de experiencias positivas: Reconocer los momentos inesperadamente agradables, incluso en situaciones temidas.
  2. «Atrapando» la bondad: Fijarse en los actos de bondad y amabilidad de los demás, especialmente aquellos que suelen pasar desapercibidos.

Al adoptar estas prácticas, podemos equilibrar nuestra percepción y apreciar mejor lo bueno que nos rodea.

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