La cuaresma: abstinencia y ayuno, preparación espiritual para Semana Santa
La Cuaresma, período litúrgico del calendario cristiano, marca un tiempo de preparación espiritual para la Pascua, la fiesta central del cristianismo. Durante seis semanas, las Iglesias católica, copta, ortodoxa, anglicana y algunas evangélicas se dedican a la purificación y la iluminación interna.
El Miércoles de Ceniza da inicio a este tiempo de reflexión, marcando el comienzo de la Cuaresma. Desde entonces, la observancia incluye prácticas como el ayuno y la abstinencia, manifestaciones de sacrificio y purificación aún vigentes en muchas familias.
El ayuno implica la ingesta de una sola comida al día, excluyendo productos cárnicos y, en caso de coincidir con la abstinencia, también se excluyen huevos, lácteos, mantecas y grasas animales. Esta práctica religiosa, arraigada desde las primeras comunidades cristianas, ha dado lugar a un amplio recetario que perdura en muchos hogares.
La Cuaresma, aunque no se encuentra mandatada en la Biblia, se ha convertido en una práctica litúrgica fundamental para la Iglesia católica, simbolizando los 40 días que Jesucristo pasó en el desierto. Durante este tiempo, los católicos dedican especial atención a la oración, la asistencia a misa y al cumplimiento del ayuno y la abstinencia.
Los días de ayuno y abstinencia, incluyen el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo. En estos días, se permite una comida completa y dos más pequeñas. Además, todos los viernes de Cuaresma exigen abstinencia de carne para los creyentes de 14 años en adelante, mientras que el ayuno es obligatorio para adultos de 18 a 59 años.
La abstinencia se extiende a productos animales de suelo o vuelo, incluyendo carne, huevos, lácteos y grasas animales. Sin embargo, se permite el consumo de productos derivados como huevos y queso, así como pescado y otros animales de sangre fría. Estas prácticas, más allá de ser actos penitenciales, representan la preparación espiritual para la conmemoración de la resurrección de Jesucristo en Semana Santa.
La Cuaresma invita a los fieles a reflexionar, a renunciar a lo superfluo y a profundizar en su relación con Dios, recordando el sacrificio y la entrega de Jesús por la humanidad.
