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Estudiantes no son los vagos, lo son muchos congresistas, ¡saben de atornillarse!

En el portal de la W radio, escribe Catalina Suárez, egresada de la Universidad de La Sabana, especialista en marketing político y comunicación de Gobierno de la Universidad Externado de Colombia.

Catalina Suarez, ha publicado un artículo donde proporciona una evaluación crítica de la situación de los congresistas en Colombia. Sugiere que este tema debería ser prioritario en los debates políticos, en lugar de estigmatizar a los estudiantes de la Universidad de Medellín.

Este artículo ofrece una visión crítica y reflexiva sobre la situación de los congresistas en Colombia y su impacto en la sociedad.

Estudiantes no son los vagos, lo son muchos congresistas, ¡saben de atornillarse!

Por: Catalina Suárez | 01 de febrero 2024

Cada congresista cuesta 1,650 millones de pesos al año, trabajen o no, descansen o no. ¿Por qué ellos se quieren atornillar? Eso sí preocupa más que la demora de estudiantes al graduar.

El gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, está bastante equivocado en su apreciación sin pruebas con la que solo estigmatiza a estudiantes que, por años, han sido perseguidos sin conocer el contexto.

Cómo no, ya se ha visto que muchos de los políticos del país, independiente de la ideología, han pagado por sus títulos. Así le rinde a cualquiera.

Aciertan los que saben que, por supuesto, hablaremos de los honorables congresistas de este país, los que trabajan poco cuando las necesidades del país son tantas, pero creen que hacen mucho. Solo falta recordar a la senadora Isabel Zuleta, quien cree que no deben bajarse el sueldo porque, según ella, “leen mucho”.

Mientras tanto, usted y todos los ciudadanos seguimos de pie en un país con una realidad tan compleja. Siendo 1 de febrero, ¿adivinen qué? Ellos siguen de vacaciones. Esto es lo de siempre, pero agradezcamos que ya no descansan desde el 16 de diciembre hasta el 16 de marzo, sino que se redujeron las vacaciones hasta el 16 de febrero.

Solo descansan dos meses, es decir, hasta los niños que están en jardín ya retomaron jornada y ellos siguen en descanso.

Nuestros honorables parlamentarios tienen honorarios que, a decir verdad, resultan un insulto para la realidad del país además de todo lo que se les da y son casi intocables. Los caracteriza, en la mayoría de los casos, la vagancia y las súper vacaciones que tienen y que, así se hayan reducido, siguen siendo largas.

No deberíamos tener debates para hablar sin conocer sobre la difícil situación de estudiantes en este país, sino de la poca productividad bien pagada (de la más alta del mundo) de los congresistas y su tendencia a lo indebido. Eso sí, cuando legislan, parecen en programa de telerrealidad: unos con escándalo tras escándalo, otros expertos en “micos” y otros catadores expertos de la “mermelada”.

Si 30 o menos estudiantes de una universidad pública que llevan bastante tiempo sin graduarse les molestan sin conocer su entorno, imagínense cómo nos molestan a los ciudadanos todo el tiempo que muchos buscan quedarse calentando silla en el Congreso.

¿Se imaginan qué deducciones podríamos hacer del por qué no se quieren dejar su cargo? Porque, a su oído, les digo cada congresista al año nos sale por 1.600 millones de pesos así trabajen o no, recordando que el salario es de 43′400.000 sin contar las primas…

Ahora sí, ¿Dónde hay más vagos?

 

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