ELON MUSK SALE DE COMPRAS

Por Manuel Manuel Álvaro Ramírez R.
La elección de Robert Prevost o León XIV como nuevo pontífice de la iglesia católica, ha opacado otras noticias que seguramente tendrán en la humanidad considerables impactos quizás más importantes que la designación de un papa. Y no es que esta elección no sea importante, lo es, pero lo que acaba de suceder en una pequeña ciudad del sur de Texas, marca un derrotero de lo que será el inmediato futuro de la humanidad.
Se trata de la adquisición por parte de Elon Musk, de una ciudad entera llamada Starbase, “una comunidad ubicada en Texas que obtuvo reconocimiento oficial tras una votación local favorable y que se perfila como un eje central en la estrategia de exploración espacial del empresario sudafricano”.
Pero ¿Qué hay de malo en que un empresario compre lo que quiera, si en otras partes del mundo magnates rusos, chinos y de otras nacionalidades han adquirido cabeceras municipales en Europa y hay ofertas que se pueden encontrar en Internet mediante las cuales se invita a comprar pueblos enteros? La adquisición en sí misma no es mala pero el campanazo de alerta está en los límites que deberían existir para que los poderosos no afecten los entornos donde adquieren sus propiedades.
Starbase se proyecta como el centro de los proyectos de exploración espacial y la base para futuros viajes espaciales privados, el turismo de los megarricos del mundo, sin que esto de por sí sea criticable. Sin embargo, la adquisición a gran escala de terrenos sí atenta contra ciertas libertades y plantea serios problemas de diversa índole. Para comenzar, hay que señalar que las pruebas de naves espaciales han derivado en que los escombros calientes dispersos, provocaron incendios forestales “en el cercano Área (Sic) de Manejo de Vida Silvestre de Las Palomas, un área ambientalmente sensible, que finalmente destruyó 68 acres” según información disponible en Wikipedia. Y este es sólo un ejemplo de muchos.
Otro problema adicional es la posibilidad de restringir el acceso a las playas, porque desde el momento en que se privatizó la ciudad, con el respaldo de los residentes, ya los bienes comunes que antes lo eran dejan de serlo porque le pertenecen a una persona y no cualquiera sino el hombre más rico del mundo. Valga aclarar que los residentes que en forma masiva respaldaron con su voto favorable la adquisición de la ciudad por parte de Musk, son en su absoluta mayoría, trabajadores de sus empresas. Eso explica que el 97% de los votos hayan sido favorables a la enajenación.
Pero las consecuencias van mucho más allá de un simple contrato de compra y venta, porque es la privatización de bienes que pudieran comprometer incluso la seguridad del mundo entero, porque quien nos garantiza que las aeronaves, proyectadas como instrumentos de recreación de un puñado de plutócratas no se vayan a utilizar por ejemplo en futuros conflictos bélicos.
La humanidad está cruzando ciertas líneas rojas en lo que tiene que ver con las privatizaciones. Ya a algunos nos parecía inconcebible privatizar el agua y los servicios públicos, pero esta es ahora mismo una práctica extendida, así como la privatización del conocimiento mediante la Inteligencia artificial. Pero además se están dando los pasos para privatizar la emisión monetaria mediante la proliferación del BitCoin y en general de las criptomonedas, que para los economistas que aprendimos con Smith, Ricardo, Marx, Say y Keynes no es más que una estafa piramidal, un esquema Ponzi a nivel planetario, que, no obstante, tiene defensores incluso en altos círculos académicos, lo que la hace altamente peligrosa para la estabilidad económica mundial.
Pero la privatización cuestionable no es un hecho exclusivo de los Estados Unidos. En Colombia ya se han presentado adquisiciones por parte de la secta menonita y se sabe de importantes extensiones que estarían siendo adquiridas por ciudadanos de nacionalidades china y árabe, lo cual ha comenzado a generar conflictos con comunidades locales, especialmente indígenas donde estas no se caracterizan precisamente por la organización en la defensa de sus territorios o donde la titulación es prácticamente inexistente.
Elon Musk nos está señalando el camino de lo que viene en materia de adquirir el mundo y Netanyahu cómo piensan disciplinar a los rebeldes.
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