ORDEN DE ARRESTO SIMBÓLICA RIDÍCULA
La Corte Penal Internacional CPI, acaba de emitir dos órdenes de captura sendos genocidas: Benjamin Netanyahu y su exministro de defensa Yoav Gallant. Excelente noticia pero no por lo que pareciera, es decir porque se pensaría que los genocidas van a pagar por sus crímenes. No es así. Por lo que llama la atención, es porque estas órdenes de arresto servirán para poner en evidencia lo que significan los poderes reales contra los nominales. Dicho de otra manera, las tales órdenes serán una muestra de la inocuidad de la CPI y ya va siendo hora de bajarnos de la nube donde se cree que la justica cojea pero llega.
Hamas es una organización político-militar que supo interpretar el sentir de su pueblo de manera que fue elegida democráticamente para gobernar la región de la franja de Gaza, precisamente la que Israel quiere desocupar a punta de hambre y bala. Esta agrupación respondió a una serie de agresiones que Israel ha perpetrado desde cuando se constituyó como Estado y la última acción fue la muerte de más de mil judíos y la captura de varias decenas como prisioneros de guerra.
Ha pasado más de un año desde cuando se iniciaron las hostilidades e Israel que durante más de setenta años no ha hecho más que provocar y asediar a los palestinos, ahora, cuando Hamas respondió a su acoso, invoca el derecho a defenderse asesinando más de 44 mil personas, hiriendo a más de 140 mil y desplazando a la casi totalidad de la población; es un crimen de guerra, un genocidio y un asesinato en masa como pocos se han dado a lo largo de la historia.
Apenas se conocieron las órdenes de captura salieron de inmediato los consabidos defensores del matón del barrio con los autodenominados demócratas norteamericanos a la cabeza. En efecto, ‘Estados Unidos «rechaza categóricamente» la decisión de la Corte Penal Internacional (. . .), declaró la Casa Blanca este jueves’, como si los ladrillos hablaran, pero ese fue el Titular de El Tiempo en su edición del 21 de noviembre de 2024. Sin embargo, hubo también voces que respaldaron a la corte y entre las primeras que se escucharon está, como no, la de nuestro presidente Gustavo Petro.
Preocupante por decir lo menos que haya quien trate de justificar el genocidio con el argumento baladí de que se trata de un acto de legítima defensa. Ya se ha mencionado en este mismo medio sobre la realidad detrás de cada agresión israelí contra el pueblo palestino. No es un grupo de laboriosos judíos que buscan la forma de ganarse la vida honradamente, es una horda proveniente de muchas partes del mundo que crece sin cesar y mediante un pretexto religioso bastante discutible, busca la manera de hacerse a una vivienda a costillas del pueblo árabe.
Hay signos alarmantes de que el fascismo y la ultraderecha mundial está resurgiendo fortalecida aquí, allá y acullá. El triunfo de Donald Trump en Estados Unidos, de Giorgia Meloni en Italia, de Viktor Orban en Hungría, de Javier Milei en Argentina o de David Bukele, este último mediante artimañas bastante discutibles, son señales de que buena parte de la opinión se está moviendo en esa dirección.
En Europa y Estados Unidos es entendible por la creciente ola migratoria que se ha convertido en el caballito de batalla del neofascismo, pero lo de El Salvador y Argentina es menos claro y ya se están comenzando a sentir los efectos de esta nueva ola: Aumento de la pobreza y la desigualdad aunque incluso hay quienes siguen justificando a los libertarios como se autodenominan, porque una vez estabilizada la economía vendrá la prosperidad gracias a las gotas de riqueza que la plutocracia dejará caer hacia las capas bajas de la sociedad. Pero la realidad es otra: la ultraderecha siente que está amenazada, que sus privilegios se están poniendo en tela de juicio y la única opción que ve viable es la eliminación física de los adversarios. Por eso Milei también apoya a Netanyahu y la CPI no tendrá opciones para hacer cumplir las órdenes de arresto que acaba de expedir.
Por Manuel Álvaro Ramírez R. Magíster en Economía
Universidad de los Andes