Opinionpor: Rafael Mejía A.

Ser derechista pobre y no morir en el intento

SER DERECHISTA POBRE Y NO MORIR EN EL INTENTO

Nuestra rica y florida fauna, como buen país tropical, tiene de todo como en botica. Uno de los ejemplares que más me ha llamado la atención, por lo exótico y pintoresco es el pauper dextri, (pobre de derecha) espécimen que podemos encontrar literalmente en todos los lugares habidos y por haber, dado su gran poder de adaptación y su enorme capacidad de aguante (concha): es capaz de soportar hambre, bolillo, laaargas filas, vainazos, discriminación, tiene una mejilla de repuesto por si la ocasión lo amerita y aun así no da su brazo a torcer, sigue siendo todo un dextri, pauper pero dextri.

Tiene una llamativa sub variedad que se autodenomina populus bonum (gente de bien), que es prácticamente igual a la anterior, pero con la particularidad de creerse en la cima de la cadena alimenticia. Su pelaje es más vistoso, es más alharacoso y vive generalmente lejos de la chusma, donde no se les peguen los chinches del pauper dextri y mucho menos de los denominados sinister. Suele andar en coche a crédito o mínimo en Uber para ir a Crepes & Waffles o ir de cacería a la zona rosa a beber cerveza importada: la de aquí les puede producir ampollas en su delicada cavidad bucal.

Muchos de los ejemplares más representativos se pudieron observar durante la ‘multitudinaria’ marcha del pasado 26 de septiembre, donde unos “adoptrinados” especímenes medio leían o recitaban balbuceantes incoherencias, insultos racistas y amenazas de muerte, entre otras bellezas, para después salir a toda carrera para la iglesia más cercana a empatar a punta de rezos.

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Buen número de estos representantes de nuestros más rancios arribistas pauper dextri llevan tiempo haciendo millas en Datacrédito y sufren de quejadera crónica que socializan entre ellos mismos y palían con una conveniente amnesia, que cual sicotrópico en un episodio de abstinencia, los estabiliza y los vuelve criaturas tan adorables que ponen en sus perfiles de redes sociales “Dios y Patria”. Esta amnesia suele venir en varias manifestaciones. Relataré unas pocas: 

Se les olvida que el anterior gobierno manejó pésimamente el fondo de estabilización de precios de los combustibles y dejó un hueco fiscal de casi 38 billones de pesos que toca arreglar sí o sí, porque eso no se arregla solo.  

Se quejan del valor del recibo de la luz, pero olvidan que a nuestra empresa de energía ya la han feriado dos veces. Esta gallinita de los huevos de oro fue vendida por primera vez aprovechando el día de inocentes de 2011. Como nadie dijo nada, pues el que inocentemente peca, inocentemente se condena, en este caso a pagar la energía a como les dé la gana cobrar.

Otro monumental caso de oreja gocha es el de los Ferrocarriles Nacionales. Mientras en países decentes la carga se mueve a través de una excelente red ferroviaria, aquí los que nos han gobernado desde siempre nos condenaron, como diría Lorca, al Tren del olvido. Un sólo vagón de ferrocarril puede transportar hasta 30 toneladas de carga, si tuviésemos un tren con 30 o 40 vagones, ¿cuánto se podría frenar la inflación? ¿Cuántos camiones dejarían de hacernos comer su humo y descongestionarían nuestra red de carreteras? Pero eso sí, la quejadera por el costo de vida se les despertó el pasado 7 de agosto. 

En definitiva, el pauper dextri es un ejemplar que no sobra nunca en una democracia pues siempre es necesario el contrapeso y la crítica para que nuestros gobernantes no se conviertan en emperadorzuelos. Por eso para hacer oposición se requiere un mínimo de inteligencia y por los lados de la de acá la inteligencia dextri deja mucho que desear: ¡A leer para no morir en el intento!

Por: Rafael Mejía

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