Opinion

TRUMP NO HA MOSTRADO LAS ACTAS

Ahora los colombianos nos volvimos fanáticos de las actas que hasta hace poco tiempo ni siquiera sabíamos que existían, pero de la noche a la mañana nos están metiendo por los ojos que Maduro tiene que mostrárnoslas, so pena de no reconocerlo como presidente de Venezuela y éste, ni corto ni perezoso ignora a quienes hacen tal petición y se para en la raya porque considera que esto es injerencia en los asuntos internos de Venezuela.

Y lo es. No tenemos elementos para saber si Maduro ganó o no las elecciones, salvo los prejuicios con los cuales nos han bombardeado día y noche por los noticieros esperando que de tanto repetir, cale lo suficiente en el imaginario colectivo que se convierta en verdad. Y a veces funciona, pero no siempre ni todo el tiempo. La verdad, es que a nosotros poco debería importarnos el proceso electoral venezolano, sobre todo porque tenemos un frondoso rabo de paja, con robo descarado de elecciones en 1970 y muy probablemente en 2018, pasando por el uso del poder judicial para arrebatar por esa vía lo que no pudieron lograr en las urnas como ha pasado con tantos congresistas del Pacto Histórico y los alcaldes de Santa Marta y de Duitama.

Entonces, antes de pedir que nos muestren las actas venezolanas revisemos la forma cochina como nos han robado de frente en lugar de mirar la paja en el ojo ajeno.

En el otro extremo, está el presidente electo de los Estados Unidos, el paradigma de mandatario déspota elegido popularmente a pesar de ser un convicto condenado y con varios procesos pendientes todavía. Pero ahí si no vemos a nadie estar pidiendo las actas, y en cambio aparece el reo fantoche amenazando con robarse Groenlandia, el Canal de Panamá y el Golfo de México para llamarlo Golfo de América que para los gringos significa Estados Unidos.

Ya estas fanfarronadas han tenido sus correspondientes respuestas que no por decentes dejan de ser contundentes. La primera ministra danesa Mette Frederiksen señaló que Groenlandia no está en venta y la presidenta mexicana Claudia Shimbaum, le recordó a don Donald, que sería mejor rebautizar la mitad del territorio estadounidense, como América Mexicana, dado que la parte sur de Estados Unidos perteneció a México hasta 1848.

De otro lado, hay que reconocer que no todo lo que hace Donald Trump es descabellado. En el caso de los migrantes mucha gente llega casi que a exigir que la dejen pasar por una u otra razón y eso no lo hace ningún país del mundo sino mediante un procedimiento y es lo que ha planteado el mandatario que está por asumir la presidencia y lo peor de todo, es que los platos rotos de esa política migratoria la estamos pagando entre otros países, México y Colombia, pero este es un tema para otra columna.

Volvamos entonces a donde nuestro vecino. A raíz de la posesión de Nicolás Maduro, la derecha colombiana que anda siempre soñando con un bidón de gasolina y un fósforo, parafraseando al autor de la novela negra Stieg Larsson, le pide al Presidente colombiano que no asista a la posesión, ni envíe delegados e incluso de romper relaciones diplomáticas con el país  hermano y Petro que no es ningún caído del zarzo solucionó el problema enviando al embajador como su representante pero se abstuvo de asistir argumentando que habían detenido a Enrique Márquez. A esto respondió Diosdado Cabello, quien no se caracteriza propiamente por el lenguaje diplomático y mesurado, ‘defiéndelo porque es tu amigo, pero es un delincuente’. 

 Comenzamos pues este 2025, con bochinches en el vecindario y amenazas desde el norte, pero eso es más de lo mismo porque en estas nos la hemos pasado desde hace mucho tiempo, donde el realismo mágico nos regaló un presidente autoproclamado en un parque, un anciano venerable que dócilmente se prestó para que María Corina Machado gobierne en cuerpo ajeno y ésta última que apareció en un estado lamentable diciendo ‘Estoy bien, Venezuela será libre’. Dios libre a los venezolanos de tanto libertario.

Por Manuel Álvaro Ramírez R. Magíster en Economía

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