MEZQUINOS: LA LEVADURA DE LOS FARISEOS
Cuando hablamos de mezquinos, imaginamos unos granos horribles que nos salían en las manos cuando éramos muchachos, hace ya tanto que tal vez los muchachos estaban recién inventados.
Entre la muchachada eran frecuentes las discusiones acerca del porqué de estas antiestéticas protuberancias, para nada sexis, sobre todo en esta dorada edad. Frecuentes eran las divagaciones acerca del origen de semejante molestia: había muy serias teorías que iban desde residuos de espinas por andar colándose en los solares vecinos para robar guayabas hasta vainas de brujas. Bueno sea como fuere, jamás se nos ocurrió que las mencionadas incomodidades fuesen producto del virus del papiloma humano (VPH). Como no teníamos I.A. ni Google, nos tocaba ponernos a robar guayabas.
Dicen que comparar es odioso… pero delicioso; así que, cuando toca toca, dijo don Virgilio: esas cutáneas molestias son más bonitas, agradables, estéticas, bondadosas, delicadas y digeribles que nuestros colombianísimos mezquinos políticos de derecha. Ésos sí me los envuelven: tal como decía don Grabiel, mi padre, “ni rajan ni prestan el hacha” (más bien si pueden, se roban el hacha…).
Eso sí, merecido abonarles que, como buenos colombianos, estos políticos son excelentes para volear camándula en público, obvio, torciéndoles el pescuezo a las muy pragmáticas premisas: “el que peca y reza empata” y “a Dios rogando y con el mazo dando”.
Con miles de enredos, disculpas y falsa información se le han atravesado, cual vaca muerta, a cuanta reforma beneficie al pueblo. No les sirve absolutamente nada, no dialogan, no conciertan, no debaten, no proponen, cobran sin trabajar y encima sacan videos en sus redes sociales ufanándose de semejantes hazañas. Y se hacen llamar oposición “inteligente”, ¿Qué tal?
Su mezquindad es tal que se alegraron como micos sueltos cuando hundieron el primer proyecto de reforma pensional. Digo yo, ¿no pueden dormir porque al anciano que vende Bon Ice en un semáforo le dan un modesto auxilio que le alcanza escasamente para sobrevivir? ¿Lo que les dicen en la misa dominical les entra por una oreja y les sale por la otra? ¿Cuáles pecados confesarán? Qué agradecerán, ¿no ser “como los demás”?
Todo lo que huela a pueblo les repugna, y no porque de pronto vean su inmensa riqueza disminuida en una proporción pírrica. No, es porque no nos quieren iguales a ellos. Uno de sus agradecimientos más recurrentes es “Oh, Dios te doy gracias porque no soy como otros hombres”, es decir no quieren ‘igualados’ por su vecindario, quieren exclusividad y por eso se creen con derecho a sacar a los demás del camino a coscorronazo limpio.
Esa gente, que ha engatusado a nuestro pueblo con ínfulas de honestidad y sapiencia, no nos quiere educados. Por eso celebraron como si hubiésemos tenido otro 5-0 cuando la reforma a la educación no pasó. Les resumo lo que piensan de la educación para el pueblo en palabras del poeta Guillermo Valencia, padre del señor que les tiró bombas a unos campesinos para convertirlos en las Farc: “si nos ponemos a educar campesinos, ¿Quién trabajará para nosotros?” Calculen, nada de estudios, sólo camellos.
Basta con observar el lenguaje de esos buenos cristianos: “el indio ese”, o “la india esa”, “la guisa”, “muerto-de-hambre”, “igualado”, “deje de ser campesino” y otras más que denotan que genuinamente se creen arios, vikingos o de la realeza inglesa y española, caray.
¿Han notado que, en todas las tropelías, despojos de tierras, desapariciones, falsos positivos, robo descarado al Estado y un largo etcétera, los medios tradicionales no muestran ni la punta del iceberg? Obvio, esos ilustres próceres de la patria también son los mismos dueños de esos medios, o por lo menos los tienen en su nómina. Así, ni modo.
Por eso me atrevo a decir que nuestra deplorable derecha política es mezquina. Todos chillan como chanchos cuando aumentan el salario mínimo, pero ninguno de esos regordetes sería capaz de sobrevivir con ese salario. Nada más pongan en google (a mí me da pereza) “sinónimos de mezquino”, ahí encuentran tacaños, soberbios, avaros, envidiosos, etc. Señores, compartan, pero no su riqueza, no tiren limosnas, compártanle a la gente la oportunidad de trabajar, de tener dignidad, ofrézcanles un país donde quepamos todos; la sociedad feudal pasó hace mucho tiempo, hagan que pase también para ustedes.
Para no alargarme más, como le dijeron a mi amigo Filiberto, les dejo una pequeña prueba de que además de mezquinos, son hipócritas que rezan y empatan. Les dejo la evidencia en la Biblia, libro del cual son ávidos lectores y exégetas: En Lucas, Proverbios o Mateo encontrarán su espejo. Particularmente me quedo con una de Lucas: “Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía.»
ADDENDA: Así como para ser de izquierda no se necesita andar descalzo y comer de una caneca, para ser de derecha no hay que tener yates, apartamentos en Miami y plata en las islas Caimán. Les recomiendo este video: EL POBRE DE DERECHA, con el subtítulo “La venganza de los bastardos”, escrito por el sociólogo brasileño Jessé Souza, publicado en portugués en 2024 por Civilização Brasileira: https://www.youtube.com/watch?v=uRm8qGIC9TE&ab_channel=ClaudioAlvarezTeran
Por: Rafael Antonio Mejía Afanador